La maravillosa revelación

La maravillosa revelación a descubrir, si transitamos la senda de la oración con disciplina, es que nuestro espíritu está enraizado en Dios y que cada uno de nosotros tiene un destino eterno, un significado e importancia eternos. Desarrollaremos nuestra propia naturaleza con su infinito potencial, si emprendemos esta peregrinación a nuestro propio centro.
No existe antagonismo entre la oración contemplativa, la oración vocal y la oración litúrgica. Rastrea una clase de desarrollo progresivo a través de estas formas. No es que llegamos a un estadio en nuestra vida.en donde al ir más allá, pasamos de la oración litúrgica a la vocal. La evolución que él verdaderamente vislumbra es un crecimiento  en el deleite, al cual entramos  con cualquier forma de oración que sea apropiada para el momento. Y todas estas formas de oración son, por supuesto, complementarias y, por lo tanto,  debemos conocerlas  tal cual son realmente: entrando  en el interior de la oración eterna de Jesús,  que es nada menos que su amoroso retorno  al Padre. En los diferentes momentos  de nuestra  vida, las diferentes  corrientes  de oración  se unen y nos unen cada vez más cerca del Señor Jesús, en el océano universal de su oración. 

John Main OSB. Nuevas semillas de contemplación

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