Hemos de estar preparados

Hemos de estar preparados para colaborar no sólo con las gracias que nos consuelan, sino también con las gracias que nos humillan. No sólo con las luces que nos exaltan, sino con las que destruyen nuestra presunción. Gran parte de nuestra frialdad y sequedad en la oración podría ser alguna forma de defensa inconsciente contra la gracia. Si no somos conscientes de ello, permitimos que nuestra naturaleza insensibilice nuestra alma, de manera que no podemos percibir gracias que intuitivamente  preveíamos podrían resultar penosas. Así pues, en la práctica, tenemos que asociar siempre la oración con el abandono a la voluntad y la acción de Dios. Este abandono está íntimamente unido a la renuncia a nosotros mismos y a la obediencia al Espíritu Santo. La oración que no nos lleve a configurar todo nuestro ser en conformidad con la voluntad de Dios será, claro está, estéril y abstracta, pero toda oración interior sincera que busque de verdad este fin sumamente importante, nuestra conformidad con la voluntad de Dios para con nosotros, no dejará de ser recompensada por la gracia. Y es indudable que resultará ser una de las fuerzas más santificadoras de nuestra vida. Santa Teresa de Jesús creía que ninguna persona fiel a la práctica de la oración podía perder su alma. 

Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría