La única alegría verdadera en la tierra

La única alegría verdadera en la tierra es escapar de la prisión de nuestro "falso yo "y entrar por amor en la unión con la Vida que habita y canta en la esencia de toda criatura y el centro de nuestras almas. En Su amor poseemos todas las cosas y gozamos con fruición de ellas, pues encontramos a Dios en todas ellas. De este modo, al caminar por el mundo, todo aquello que encontramos y todo cuanto  vemos, oímos y tocamos, lejos de mancharnos, nos purifica y siembra en nosotros algo más de la contemplación y del cielo.

Sin esta perfección, las cosas creadas no nos aportan alegría, sino sufrimiento. Mientras no amemos a Dios perfectamente, todo lo que hay en el mundo podría herirnos. Y la mayor desdicha de ser insensible al sufrimiento que nos infringen las criaturas y no saber cuál es la causa.

Pues mientras no amemos a Dios perfectamente, su mundo estará lleno de contradicciones. Las cosas que ha creado nos atraen hacia Él y, sin embargo, nos mantienen lejos de él. Lo encontramos en ellas hasta cierto punto y, de improviso, no lo hayamos en ellas en absoluto.

Y nosotros, que aún no amamos a Dios perfectamente, podemos encontrar en toda la creación algo que refleje la plenitud del cielo y algo que refleja la angustia del infierno. Encontramos algo de la alegría de la bienaventuranza y algo de la pena de la pérdida, que es la condenación. La plenitud que encontramos en las criaturas corresponde a la realidad del ser creado, la realidad que procede de Dios, pertenece a Dios y refleja  a Dios. La angustia que encontramos en ellas corresponde al desorden de nuestro deseo, que busca en su objeto una realidad mayor que la que en el realmente existe: una plenitud mayor que la que puede dar cualquier cosa creada. En lugar de adorar a Dios a través de Su creación, siempre estamos tratando de adorarnos a nosotros mismos por medio de las criaturas.

Pero dar culto a nuestro falso yo es dar culto a nada. Y el culto a las nada es el infierno.

Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

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