El "falso Yo"

El "falso Yo"no debe ser identificado con el cuerpo. El cuerpo no es malo ni irreal. Tienen la realidad que Dios le ha dado, y esta realidad, por lo tanto, es Santa. Por eso decimos correcta, pero simbólicamente, el cuerpo es el "templo de Dios", significando que Su verdad, Su perfecta realidad, está contenida allí, en el misterio de nuestro propio ser.
Que nadie, pues, se atreva a odiar O despreciar el cuerpo que Dios le ha confiado, y que nadie se atreva a hacer mal uso de él. No profanemos nuestra unidad natural dividiendo alma y cuerpo, como si el alma fuera buena y el cuerpo fuera malo. Alma y cuerpo subsisten juntos en la realidad escondida en interior de la persona. Si se establece una separación entre ellos, ya no hay una persona, ya no hay una realidad viva y subsistente hecha a imagen y semejanza de Dios.

La unión de cuerpo y alma en una persona es una de las cosas que hacen al ser humano imagen de Dios; y nadie puede separar lo que Dios ha unido sin peligro para su cordura.

Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación 

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