Los hombres, portadores de verdades relativas, solo luchan por el triunfo de sus ideas y a menudo con fanatismo; fragmentan el ser y lo llevan todo a la ruina. Absolutizan en su ceguera el aspecto positivo de sus ideas políticas y están dispuestos a eliminar a quienes quisieran que la vida estuviera construida sobre fundamentos mejores, más humanos; y, ante todo, sobre los mandamientos de Cristo, condenado a muerte a causa de su predicación del amor.
La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Renovaos en la mente y en el espíritu
Para tender a la perfección , hay que revestirse del Espíritu de Cristo. Vicente de Paúl
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