Los hombres, portadores de verdades relativas, solo luchan por el triunfo de sus ideas y a menudo con fanatismo; fragmentan el ser y lo llevan todo a la ruina. Absolutizan en su ceguera el aspecto positivo de sus ideas políticas y están dispuestos a eliminar a quienes quisieran que la vida estuviera construida sobre fundamentos mejores, más humanos; y, ante todo, sobre los mandamientos de Cristo, condenado a muerte a causa de su predicación del amor. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría