No nos desanimemos


No nos desanimemos y abandonemos la oración. Dios se compadece de la debilidad pero no quiere el desánimo. Él quiere que nos hagamos como los niños, que seamos humildes, que nuestra oración sea más agradecida; no pretendamos aislarnos en la oración, pues todos pertenecemos al cuerpo místico de Cristo, que está permanentemente en oración. Debemos estar siempre en la actitud de oración, Pero no debemos orar " solos ", sino que ha de ser Jesús quien ore en nosotros, por tanto, es el cuerpo de Cristo el que hora. 

Teresa de Calcuta. Mis oraciones

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