Debes reconocer...

Debes reconocer y haber observado cuál es la actitud que Dios te exige más que ninguna otra; porque en absoluto todos los hombres son llamados a recorrer un único camino hacia Dios, según dice San Pablo (Cfr. 1 Cor. 7, 24). Si encuentras pues, que tu camino más cercano no corre a través de muchas obras externas y de grandes trabajos o privaciones —cosa que de ninguna manera importa mucho a no ser que el hombre sea impulsado especialmente por Dios y tenga la fuerza de hacerlo bien, sin perjuicio para su intimidad— si no encuentras, pues, nada de eso en tu fuero íntimo, quédate contento y no te preocupes mucho por ello. Ahora bien, podrías decir: Si no tiene importancia ¿por qué lo hicieron nuestros antepasados, muchos santos? Entonces reflexiona: Nuestro Señor les dio ese modo de ser y les brindó también la fuerza para hacerlo a fin de que pudieran perseverar con ese modo; y le gustaba que en ellos fuera así; en tal actitud debían lograr lo mejor para ellos. Porque Dios no ha vinculado la salvación de los seres humanos a ningún modo especial. Lo que tiene un determinado modo, otro no lo tiene; [pero] Dios ha dado eficiencia a todos los modos buenos sin negársela a ningún modo bueno, porque un determinado bien no está en contra de otro. Y por lo tanto, la gente debe darse cuenta en su fuero íntimo de que hacen mal cuando por casualidad ven a una persona buena u oyen decir de ella que no observa el modo de ellos, entonces [en su concepto] todo está perdido. Si no les gusta el modo [de esas personas], tampoco aprecian lo bueno de su modo y su buena intención. ¡Eso no está bien! Con respecto al modo [de proceder] de los hombres, uno debe fijarse más en el hecho de que estén bien dispuestos, sin despreciar el modo de nadie. No es posible que cada cual tenga el mismo modo y tampoco que todos los hombres tengan un solo modo, ni que un hombre tenga todos los modos, ni el de ningún otro.

 

Maestro Eckhart. Tratados y sermones

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