Sí, nosotros somos su imagen. Manteniéndose ante Él en la oración, nuestro espíritu al mismo tiempo triunfa y sufre con dolor. Triunfa, porque contempla realidades que sobrepasan nuestra imaginación; sufre, porque experimenta su nada, percibe su total incapacidad para contener el don divino.
La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Renovaos en la mente y en el espíritu
Para tender a la perfección , hay que revestirse del Espíritu de Cristo. Vicente de Paúl
Comentarios
Publicar un comentario