Que camine más despacio

Que camine más despacio, Señor. En medio del aturdimiento de este día, concédeme la quietud de los montes eternos. Frena el acelerado latir de mi corazón reduciendo al silencio mi alma. Que mis raudos pasos se vuelvan más pausados al contemplar el dilatado tiempo de la eternidad. Enséñame el arte de la mirada libre. Que camine más despacio, para que pueda mirar una flor, intercambiar un par de palabras con un amigo, acariciar a un perro, leer un libro. Que camine más despacio, Señor, y despierta en mí el deseo de hundir a fondo mis raíces en el fundamento eterno, para de ese modo alcanzar mi verdadero destino. Anselm Grüm OSB. La mística

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